- Bill- se escucharon los nudillos de su madre tocando a
la puerta.
- ¡entra, mamá!- la puerta se abrió tan solo unos
segundos después de lo dicho por Bill. Su mamá sonrió con una charola en sus
manos llena de comida.
- les traje algo
para cenar.- entró y puso la charola en una mesita que estaba frente a la tele
visión.
- Gracias, mamá.- sonrió. –Thomas se quedará a dormir
esta noche.
- está bien.- dijo mientras asentía y después salió del
cuarto. Bill se levantó de la cama y camino hacia la charola, levantándola en
sus manos y guiándola a su cama.
- ¿tienes hambre, Thomas?- preguntó mientras metía algo
de la comida en su boca.
- no.- sonreí.
- ¿estás seguro?, esto es delicioso, creo que mamá es la
que quiere impresionarte a ti.- con su lengua limpio la comida que se quedo en
sus labios y después volvió a meterse más.
- ¿quiere impresionarme? Por favor, Bill, no digas
tonterías.
- lo digo enserio, nunca cuando estoy solo cocina tan
rico, ni siquiera cuando están mis amigos.
- tal vez solo le nace del alma cocinar cuando te ve
feliz.
- ¿cuándo me ve feliz? no te entiendo.
- verte mal para tu mamá es difícil, me dijo que nunca
estabas completamente feliz.
- mi mamá no me conoce, ella no sabe nada de mí.- dijo
enojado, apartando la comida de su lado.
- ¿ya ves? Cuando estás bien, de pronto te pones enojado.
- no me pondría enojado si las personas no dijeran
comentarios tan estúpidos.
- bueno, entonces ya no hablo más.- rodeo los ojos y se
acostó.
Después de unas horas deshicimos la cama y nos metimos en
ella. Nunca había sentido un olor tan agradable como el que se desprendía de
las sabanas de Bill, y una comodidad tan afelpada en las almohadas. Por fin
dormiría bien.
[…]
- Thomas…Thomas…- sentí mi cuerpo moverse con fuerza, y a
pesar de que ya lo había escuchado, fingí estar durmiendo todavía. -¡Thomas!
- ¡¿Qué mierda quieres?!
- podemos ir ahora, mamá ya está dormida.
- ¿cómo sabes eso?
- a esta hora ya está dormida, siempre lo está.
- a esta hora todos están dormidos, Bill.- me ignoró y
camino hacia la puerta, colocando ambas manos en la perilla de la misma.
Pareció no tomar la suficiente fuerza para abrirla, pero después de escuchar el
fuerte golpe que me hizo brincar con sorpresa, me di cuenta de que no fue así.
- …mierda…- quitó sus manos de la perilla, ardiendo en
furia. -¡cerraron la puerta!, ¡nos dejaron encerrados!
- bien, entonces nos quedamos y dormimos.
- ¡estás loco, VOY A MARTARLA CUANDO LA VEA EN LA
MAÑANA!- mis nervios se reprodujeron en tan solo unos segundos. Sus cambios de
humor no eran completamente normales, y podría hacer lo que se le viniera en
mente.
[…]
Desperté por los fuertes rayos del sol que entraron en
mis parpados aun cerrados; la puerta estaba abierta de par en par y la
presencia de Bill me hizo falta por primera vez. Y no, no lo era porque lo
extrañaba o algo así, era por lo que había dicho en la noche. Me levanté de la
cama y con los pies descalzos caminé con lentitud hacia la habitación de la
mamá de Bill. En el corto camino mis piernas comenzaron a bailar como dos hilos
en el aire; temía encontrarme con un acto sínico y tenebroso. Pero no fue así.
La recamara estaba cerrada y la voz de ambos me entró en los oídos… bajé las
escaleras y me los encontré en el sillón, platicando de algo que seguramente no
era de mi incumbencia, pero las ganas por escucharlos me llenaron la razón y no
presté atención a mi “lado bueno”.
- Bill, hoy vendrá alguien que quiere conocerte después
de tanto sin verte.
- ¿quién?
- oh, es una sorpresa, hijo, pero te gustará.
- ¿estás segura?, sabes que odio las visitas, y más de
personas que no me interesan.
- esta si te interesa, y más te vale comportarte como te
eduqué.
- odio que siempre quieras aparentar algo que no somos.
- no es “algo que no somos”, es que tu perdiste toda
educación por esos amigos tuyos.
- ¡no es cierto!- ella lo miro con enojo.
- guarda silenció ¿quieres?, Thomas duerme arriba.
- hablando de eso, ¡¿Por qué mierda volviste a
encerrarme?!
- no tomaste tus vitaminas en la cena, ya sabes cómo te
pones cuando no lo haces.
- a veces pienso, que esas cosas no son “vitaminas”.
- no digas estupideces, si lo son.- harto de esa estúpida
pelea, me decidí a entrar y ser visto por ambos. Bill sonrió y se levantó del
sillón, dejando a su mamá sola mientras le daba la espalda sin respeto alguno.
- despertaste tarde, Thomas, ¿te quedas a comer?
- no lo sé, Derek debe estar molesto ahora.
- por favor, quédate solo a comer y después yo te llevo a
tu casa, ¿sí?
- está bien.- a juzgar por la cara de su mamá, no le
hacía ni la menor gracia que me quedara, pero no me importaba lo que ella
pensara después de todo.
[…]
Después de comer, subí por mis zapatos para largarme de
aquí; pero creo que no funcionó del todo, pues al bajar nuevamente, el timbre
sonó. Bill me miro con una sonrisa casi invisible en sus labios, pero al ver a
la persona que llegaba a su casa, su cara se puso roja, quizá de espanto, o
quizá de enojo.
- mamá… ¿Qué hace él en nuestra casa?- la cara del hombre
se deformó con confusión.
- hijo, ¿Qué ya no te acuerdas de mí?- él negó varias
veces y se alejó.
- ¡vete de aquí!
- Bill, ¿qué te pasa? Es tu papá.- dijo la señora.
- NO, MI PAPÁ ES GORDON, ¡NO ÉL!
- te extrañé todo este tiempo, Bill, no me agrada que me
saludes así.
- si me hubieras extrañado habrías llamado o enviado una
carta, ¡no lo hiciste!
- por favor, Bill…
- ¡NO!- interrumpió. -¡VETE DE MI CASA, SI ES QUE NO
QUIERES QUE TE MATE!
- ¡no me hables de esa forma, Bill!
- ¡VOY A MATARTE, TE JURO QUE TE MATARÉ SI NO TE VAS!-
caminó hacia la cocina, en donde tomó un vaso con agua y empezó a tomarlo. Su
papá entró a la cocina con él. -¡VETE!
- por favor, escúchame, hijo.
- ¡no soy tu hijo, vete de aquí! ¿No me escuchaste? ¡Te
voy a matar!
- no me voy a ir ¡Entiende!- no podía ver nada,
finalmente no pensaba en entrometerme en una pelea tan estúpida, pero al
escuchar el ruido de unos vidrios estrellándose con el suelo y el gritó del
hombre, mi piel se erizó por completo, más aun así, no me di la tarea de ser yo
quien fuera a arreglar las cosas. -¡¿qué es lo que te pasa, Bill?! ¡Estas
completamente loco!
- ¡te dije que te fueras de aquí, nadie quiere verte!
¡LARGATE!
- no me voy a ir, Bill, ¿Qué te pasas? Nunca tuviste
comportamientos tan extraños conmigo.
- ¡que te vayas, no quiero platicar contigo!
- ¡NO ME VOY A IR, IDIOTA, ENTIENDELO!- mi mirada se
apartó un poco de la puerta de la cocina y se dirigió esta vez a la mamá de
Bill, que miraba a la cocina con cara espantosa, como si tuviera miedo. -¡¿QUÉ
HACES CON ESO?! ¡BAJALO AHORA MISMO!... ¡TE ESTOY HABLANDO, BILL!- su voz se tornó quebrada y al parecer con miedo,
pero aun así, su mamá y yo solo nos echamos una mirada un tanto preocupante y
solo seguimos escuchando sin hacer nada porque dejaran de causar esa sensación.
Unos gritos con desgarro salieron de la garganta del
padre de Bill, pero no eran unos gritos a los que se les podría nombrar como
“normales”, eran gritos de dolor. Esta vez no me detuve para mirar a esa
señora, esta vez caminé hacia la cocina sin detenerme en pensar lo que podría
encontrarme en ese lugar.
Y fue una muy mala idea entrar…
Bill apuñalaba fuertemente a su propio padre, sin compasión,
sin piedad; la sangre escurría por el piso, mientras el hombre perdía las
fuerzas para luchar contra la persona que el procreó, su propio hijo. Mientras
tanto, Bill sonría, como si lo que estaba haciendo fuera un reto, un juego. Sin
decir una sola palabra o emitir una exclamación, me acerque con fuerza,
poniendo en juego a mi propia vida, pues Bill tenía el arma, Bill podía usarla
en mi contra si me atrevía a hacerlo parar.
Pero no me importo mucho eso y me acerqué, tomando su
muñeca con la única fuerza que pudiera crear en un momento como estos. El brazo
de Bill luchaba con mi fuerza para penetrarme igual como lo había hecho con él.
Pero lo obligué a parar sin darme cuenta que a tan solo unos centímetros se
encontraba una persona muriendo. El grito de su madre se escuchó por toda la
casa, y como por instinto agarró su celular y llamo a una ambulancia.
Cuando la ambulancia llegó, intentaron hacer algo por el
hombre, pero al ver que no podían hacer mucho, lo cargaron y acostaron en una
camilla. Después de eso no vi nada más que la sonrisa de que se sentía una
persona superior a él solo por haberlo apuñalado con fuerza; sus dedos pasaron
por el cuchillo que había usado para lastimarlo –el mismo cuchillo que tenía
guardado bajo su almohada el otro día-.
[…]
Policías entraron a la casa, destrozando la puerta con
sus armas, gritando con fuerza. Mis ganas por protegerlo crecieron en mi
cuerpo; él se escondía tras de mí, pero no quería abrazarlo, porque sería
difícil dejarlo ir a prisión después de un lindo abrazo. Los policías me
apuntaron con un arma y empecé a sentir mucho miedo, nunca había estado en una
situación como esta.
- Thomas… ¡no dejes que me lleven!
- Bill, es que yo no puedo hacer nada.- ellos se
acercaron con pasos largos y fuertes, me empujaron con una fuerza grandísima, y
después agarraron a Bill, golpeándolo contra la pared con una fuerza casi
inhumana, su cabeza pegó contra la pared y Bill se quejó. Después de ponerle
las esposas, pelearon por tan solo unos segundos con las fuerza de Bill.
Los seguí hasta la puerta, ahí afuera, rodeando la casa,
habían personas con cara de espanto, había reporteros filmando y sacando
fotografías de la situación. La madre de Bill lloraba en los brazos de su
esposo; metieron a Bill en el carro de la policía y arrancaron, seguido del
auto de los padres de Bill, los que me invitaron a subir con ellos y acepte
antes de que pudieran terminar de hacerme la invitación.
[…]
Por Bill
Estaba tras las rejas, escuchando con dificultad las
palabras de un señor. Las lágrimas se resbalaban por mis ojos, no entendía
completamente que era lo que había pasado ni lo que estaba por pasar; tenía
miedo, me estaban acusando de algo que yo no había hecho, lo había hecho
William.
-El joven Bill Kaulitz, es declarado culpable.
- ¡No fui yo, mamá! ¡Fue William!- lloré con
ansiedad.
- Bill, escúchame,
¡William no existe!
- si existe, ¡él fue el que apuñaló a mi papá!
- ¡no existe, Bill!, lo has visto desde pequeño, desde
que secuestraron a tu hermano…
- ¡Nunca secuestraron a mi hermano!
- Bill, te sentías culpable por dejar que arrebataran a
tu hermano de tu mano… empezaste a enfermar mentalmente… ¡decías que había un
hombre mirándote mientras dormías, un hombre llamado William…!
Flashback
- yo no veo nada aquí, Bill.
- ahí está mami.- decía llorando.
- no lo veo, Bill.
- ¡el dejó que se robaran a mi hermanito!- dijo Bill,
apuntando al frente de la cama, después cubrió sus ojos, llorando con miedo.
- no había nadie más cuando se lo llevaron Bill.
- ¡Dile que se salga de mi cuarto, mamá!
- ¡no hay nadie, Bill!
- se está riendo, mami… me está gritando…quiere que te
mate…
A la mañana siguiente, Simone llevó a su hijo con un
psicólogo. A pesar del dolor que ella sentía por ser separada de uno de sus dos
hijos, no quería mostrarlo enfrente de Bill, pues él se sentía culpable de todo
lo que había pasado.
Flashnow
- te diagnosticaron esquizofrenia… fuiste a tratamientos…
y al parecer habías salido de eso, pero creo que no fue así, Bill… llegaste a
los extremos con lo que acabas de hacer…
- ¡yo no estoy enfermo, mamá!- llore ahora por decepción.
-¡WILLIAM SI EXISTE! ¿POR QUÉ NADIE ME CREE?... Thomas…Thomas, tu si me crees,
¿verdad? ¡DILES QUE TU TAMBIÉN LO VEÍAS! ¡RECONOCE QUE LO VEÍAS TU TAMBIÉN!- él
salió de ahí, dejándome solo por completo.
[…]
Me subieron a una camioneta negra, una señora me iba
platicando sobre al lugar al cual iba, pero no me importaba a donde iba, yo
solo quería irme de aquí. Iría a un centro de rehabilitación mental… no podía creer que mi mamá me dijera enfermo mental, me dijo que era
un loco… la odiaba con todo mi ser…
Me llevaron a una habitación color beige, era pequeño,
con una cama aun más pequeña, sin nada a su alrededor más que una ventana, eso
era todo…no había nada más.
- aquí te quedarás hasta que superes tu enfermedad.
- ¡yo no estoy enfermo! ¡No quiero estar aquí!
- dejaras de estar aquí hasta que te den de baja.
- ¡te odio!- la señora cerró la puerta y yo me quedé ahí
solo, escuchando el sonido de los carros pasando y el del aire chocando con la
ventana.
NO MAMES!!!! pobre del papá me encanta tu ficah aa verdad?
ResponderEliminarNO BROMA HASTA QUE SE TE HINCHARON!!! PARA SUBIR CAPITULO!
jajajaja pobre de bill lo tienen encerradooo!!! nooo eso no m egustaa tienee q salir pronto!!!1
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