Después de un viaje por el trabajo de mi padrastro, he
regresado a la escuela.
- ¡Bill!- gritó Andy, caminando rápidamente hacia donde
yo estaba. -¡dos semanas sin verte, amigo! ¿Cómo te fue?
- fue la cosa más aburrida de todas. Siempre esperando a
mi papá por las juntas de su trabajo. ¿Cómo te fue a ti?- dio un suspiro fuerte
y después hizo cara de indiferencia. - ¿qué? ¿Qué paso?
- Thomas…- sonreí. Él me miró serio. -¡no es gracioso,
Bill!
- tranquilo, ¿Qué pasó con él?
- la maestra me puso a ser su tutor.- comencé a
carcajearme. -¡Bill!
- lo siento…- dije recobrando la respiración. -¿su tutor
de qué?
- matemáticas.- dijo serio. –irá hoy a mi casa, ¿Quieres
ir?
- no realmente.- me dio un golpe en el brazo.
- ¡por favor, Bill! no quiero estar solo con él.
- ¿por qué no?
- me pone los pelos de punta. Es tan extraño.
- ¿extraño?
- sí…son sus ojos, creo que me odia; pareciera que quiere
matarme con esos ojos. Aparte nunca sonríe, solo muerde sus labios y juega con
esa sucia perforación…me da miedo, Bill… intento poner una conversación y él
solo me mira serio, sin responder.
- está bien, iré.
- ¿nos vamos juntos después de las clases? Mi mamá hará
tu comida preferida.
- está bien.
[…]
Saliendo de las clases de diseño, Andy ya me esperaba en
la puerta del salón. Serio con sus ojos en la nada, navegando por el suelo.
- ¡hey!- saltó y me miro.
- ¡odio que hagas eso!
- yo odio que siempre te quedes idiotizado.
- imbécil.- caminamos hacia el estacionamiento. Entramos
a mi carro y nos dirigimos a su casa.
- odio a mis papás, ellos nunca me comprarán un carro.
- creo que se les hace más fácil que venir por mí o
mandarme en camión.
- quisiera tener uno, ¿sabes?
- ¿para qué? No es tan genial.
- ¿estás loco? Si tuviera un carro podría ir a todas las
fiestas sin el permiso de mis papás.
- creo que ya no necesitas el permiso de tus papás,
bebé.- me miro enojado.
- ¡sin avisarles, idiota!
- eres un alcohólico de mierda, Andreas. ¿Imaginas que te
choquen?
- no me ayudes
tanto, eh.- cruzó sus brazos y se recargó en el asiento.
Cuando llegamos a la casa de Andreas, comimos y después
subimos a su recamara; él se sentó en su cama, aventándose a ella. Cerró sus
ojos y suspiró.
- no quiero que venga ese idiota de Thomas.
- eso se lo hubieras dicho a la profesora cuando te puso
de tutor.
- a ella no se le puede decir que no a nada.- se levantó
de la cama y camino hacia un pequeño refrigerador que tenía junto a la mesa
donde estaba su computadora.
-¿Quieres una?- sacó dos cervezas y cerró de nuevo
el refrigerador; camino hacia mí.
- está bien.- con sus dientes quitó la tapa de la cerveza
y me la paso. –Gracias.- sonreí. La puerta de la recamara sonó y la cara de
Andreas se puso roja.
- mierda…mierda…es él, Bill…- dijo con bajo tono de voz.
Dio un gran trago a su cerveza y después camino a la puerta y la abrió.
-…Hola…- me incliné un poco para poderlo ver mejor. Thomas solo le alzó las
cejas a Andy y levantó los hombros. –Claro…pasa…- Andy se dio la vuelta y me
miro rodeando los ojos con desesperación.
- Bill, ¿Qué haces aquí?- preguntó él. Di un trago a la
cerveza y levanté mis hombros. Él se sentó en la cama.
- mi mejor amigo me invitó, ¿hay algún problema?- él
negó.
- bueno, Thomas, hay que terminar con esto rápido, ¿sí?-
asintió. -¿seguiremos con el tema anterior o empezamos con uno nuevo?
- que se yo, como quieras.- dijo con un todo de voz tan
bajo.
- no es como yo quiera, ¡es si has entendido o no!-
Thomas se levantó de la cama.
- ¡no vuelvas a gritarme!
- ¡siéntate!
- ¡no!
- ¡mierda! ¡¿Por qué solo cuando está Bill tienes que
comportarte así?! Pareces un bebé, era mejor cuando no hablabas.
- ¡nunca me habías gritado, y no voy a dejar que alguien
como tú me grite cosas estúpidas!
- ¡yo no quería ser tu tutor!
- ¡yo tampoco quería que lo fueras!
- ¡bueno, siéntate ya!
- ¡idiota!- se sentó en la cama, echando todo su peso en
ella. Andreas lo miro enojado y abrió el libro.
- empezaremos con otro tema. Un tema nuevo.- tomó de su
cerveza, casi sin despegarse de la boquilla.
- ¡no, yo no entendí el anterior!- quitó la cerveza de
sus labios y lo miro enojado.
- ¡estuvimos dos putas tardes completas en ese tema!
¡Tuviste que aprender algo!
- ¡no, no aprendí nada!
- ¡hijo de puta!
- ¡muérete, imbécil de mierda!
- ¡que te follen, marica!- Thomas se volvió un loco, tomó
a Andy de su playera, a punto de darle un golpe en la nariz.
- ¡THOMAS!- le grité. Él bajo el brazo y me miro.
- ¡¿qué quieres?!
- deberías agradecer que Andreas te está ayudando.
- ¡¿lo ves?!- gritó Andreas.
- ¡y si tu lo tienes que ayudar, ayúdalo bien! ¡Mierda!
- no, yo no voy a ayudar a un idiota como él, ¡no sabe
nada! ¡No sabe sumar si quiera!
- ¡se contar los golpes que voy a darte en la cara si no
te callas!
[…]
Me convertí en el tutor de Thomas. La vida o…tal vez el
destino nos tenía deparado estar juntos en casi todas las cosas. Eso me
emocionaba, pero tenía algo de miedo, porque Thomas era algo raro y sabía cosas
de él que no tuve que haber sabido…y todo gracias a mí.
- no le caigo muy bien a tu amigo ese, ¿verdad?
- no estoy seguro.- mentí.
- pues, no te enojes pero yo lo odio, me revienta los
huevos.
- les falta conocerse más. Aun que no me creas, tú y
Andreas son muy parecidos.- empezó a reírse.
- ¡no bromees, idiota!
- no estoy bromeando…- dejo de reírse y apuntó el libro
con su lápiz.
- mejor sigamos con esto, ¿sí?- asentí.
- dime lo que no entiendes.
- es esto, la puta maestra no explica.
- no le va a explicar a alguien que se duerme todas las
clases.- sonrió.
Terminamos de estudiar, Tom cerró sus libros y empezó a
rayar en la pasta con su lápiz; parecía que estaba nervioso.
- eh, tengo que irme, Bill.
- está bien.
- emm… en una semana iré a Klues.
- ¿a Klues? ¿Para qué?
- es algo así como un campamento, Derek siempre me envía
ahí.
- no vas a tener tiempo de venir aquí, ¿o qué?
- bueno, no pero… siempre Georg viene conmigo y ahora no
puede hacerlo… me preguntaba si quisieras venir conmigo.
- ¡¿Yo?!
- sí. Ahí no hay negocios como los que hago, no te
preocupes.
- eh…- debía encontrar una forma de decirlo sin que la
comida me saliera por la boca de la emoción.
- ¿entonces?
- eh, lo veré ¿sí?...te lo digo mañana.
- está bien. Yo tengo que irme, adiós.
- a-adiós…
[…]
- ¿a ti?
- si… mierda, ¿puedes creerlo?
- no, no lo creo ¡a Bill Kaulitz! ¿Qué le dijiste?
- que lo vería… Gustav ¿Qué le digo?
- lo que quieras, tu eres el que va a ir con él.
- es que no me lo puedo creer… ¡Thomas me invitó a mí!
- pobre de ti, Bill. Ese idiota va a violarte.
- ¡Andreas!- grité, el levantó las manos.
- yo solo digo, es un aprovechado con todo, no deberías
ir con él.
- deberías apoyarme, Andy, ¡esto me pone tan feliz!
- bueno, yo solo decía. Cuando llegues con el culo
abierto me pedirás disculpas.
- él no es marica, idiota. No sé ni por qué te digo esto
a ti, deberías estar feliz.
- ¿Feliz porque a mi amigo le harán sentirse mal otra
vez?
- ¿¡cómo sabes que me hará sentir mal?! Tú no lo conoces,
Andreas.- rodeo los ojos, molesto. Thomas se acercó a mí junto a Georg y con
una sonrisa agarro mis manos.
- ¿Lo pensaste, niño?- mire a Andreas, él negó, pero
Gustav asintió con una sonrisa.
- sí, lo pensé…
- ¿irás?
- eh… sí, sí voy.- sonreí.
- bien, el domingo ve a mi casa y de ahí nos vamos. ¿Tienes
boletos para el metro?
- ¿el metro?
- ah, lo siento, un ricachón como tú nunca sube a los
metros. Bueno, creo que tengo uno para ti, adiós.
- adiós.- mire a mis amigos.
- ¡te dije, mira como te habla y aun así quieres ir con
él!
- Andy, siempre habla así, ya me acostumbré.
- cuando te diga por sobrenombre “perra” o “puta”
¿también vas a acostumbrarte?
- hay, Andreas… deja de joder, ya me voy… adiós…- salí de
la universidad y me dirigí a mi casa, ahí estaba mamá, poniendo la mesa. Cuando
me senté, ella con una sonrisa me miro a los ojos.
- ¿cómo te fue hoy, Bill?
- bien.- ella volvió a sonreír. – Thomas me invitó a
Klues.- me miro sorprendida.
- ¿a Klues? ¡¿Para qué!?
- dice que es algo así como un campamento.
- ¿Quién es ese Thomas? ¿El que viene siempre?
- sí.
- Bill… no me gusta que te juntes con él…
- ¿por qué no?
- es que… él tiene algo…
- no tiene nada, mamá.
- Bill, por favor, no me hagas entrar tanto a detalles…solo…solo
no me gusta que venga a esta casa…
- ya lo sé, siempre que viene empiezas a llorar. ¿Sabes
que haces sentir mal a Thomas?
- lo siento… es inevitable…
- ¿lo conoces, mamá?
Wow wow wow y recontra wow es su hijo postizo hahahahahahhaha siguela chiquilina!
ResponderEliminarJajaja claro q le vas a seguir esta buenísima
ResponderEliminar